lunes, 9 de febrero de 2015

i won't count the scars... again [BR]

en el paraíso de sus delirios
perdón señor de las ánimas
santos sus ojos encanto de su crueldad
con sus besos será un cielo
beso su sangre, bebo su veneno
en este beso, en este beso maldito
en el paraíso de la tristeza una criatura cautiva tu alma
tu me arrastras a la muerte y los ángeles llorarán.


el verano no puede ser más insufrible. nosummer4me. ¿por qué no puedo estar simplemente en dormancia?
el verano es casi una prueba suicida II por haber pasado la primavera. y si pienso en todas esos intentos mentales.
el verano hace que se mueran las plantaciones forestales, que se debilite la capa de ozono y mi corazón.
el verano con tanto color me deprime. me deprime la gente feliz. hay mucha pena en verano, pena gótica veraniega.
el verano debería tener un movietrack list(?) con las películas para morir de pena. yo situaría –si existiese–, la película de la Pizarnik en primera instancia, the hours (Virginia), Teresa, Sylvia y Bombal, la colección tendría que llamarse FFS (five fragile suicides) . hay que añadir the virgin suicides a la lista.
el verano también me hace desvariar de noche, por ejemplo, siento que anoche escribía estando drogada.
el verano me hace querer ser vegetariana, hacer deportes, vivir en islandia, pasar el verano donde haya invierno.
el verano me cansa, me agota, se cumple un siglo en una hora el mes pasado a penas escribí la última O en este texto.
el verano me hace leer más, cosas como estas:




***Aparición***Sylvia Plath***

la sonrisa de las neveras me aniquila.
¡qué corrientes por las venas de mi amada!
oigo ronronear su gran corazón.

conjunciones y signos de porcentaje
exhalan sus labios, como besos.
en su mente hoy es lunes: la moral

se lava y se presenta ante mis ojos.
¿cómo interpretar tales contradicciones?
llevo puños blancos, me inclino.

o sea: ¿es amor esta roja tela
que fluye de la acerina aguja y vuela tan cegadoramente?
con ella haré vestiditos y abrigos,

y vestiré a una dinastía entera.
cómo se abre y ciérrase su cuerpo:
¡un reloj suizo, y con rubíes en los goznes!

¡ay, corazón, qué desbarajuste!
las estrellas pasan centelleantes como agoreros números.
ABC, dicen sus párpados.


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